doctor en Derecho y Economía por la Universidad Complutense y ha sido presidente del Parlamento Europeo.
Este expresivo título es la versión castellana del “False illusioni, sgradevole realtà”, lúcido y valiente artículo que Mario Monti publicó en Il Corriere della Sera el pasado 16 de octubre. Un premonitorio aldabonazo a un país sumido en hipnosis colectiva por un embaucador a través del manejo de los medios de comunicación.
Conozco al Profesor Monti desde hace años, hemos trabajado juntos en la construcción europea. Es una persona que une elevada capacidad intelectual y cardenalicia prudencia a una firmeza puesta de manifiesto en el caso Microsoft. Su más reciente contribución a la causa europea ha sido el Informe sobre la crucial cuestión del futuro del mercado interior.
El artículo tiene especial interés por tratar la crisis política italiana desde una perspectiva europea con un interesante examen comparativo entre Italia y España. Parte de la reiterada afirmación de Berlusconi del incremento de peso de Italia en la escena internacional gracias a su autoridad personal. Concuerda con el papel crucial de Italia pero no como actor sino como “fuente de problemas”, “tanto más cuanto somos objeto de protectorado ( germanofrancés y del Banco Central Europeo) ”.
A continuación, pasa a la convicción compartida globalmente de que no sería Grecia el país que haría saltar la eurozona con consecuencias trágica sino que podrían serlo, “por sus dimensiones, España y con mayor razón, Italia. España estás más adelantada en el proceso de recuperación política y económica necesario para gestionar la crisis. Italia está más atrasada. Lo muestran los tipos de interés de la deuda…” Italia está más atrasada porque no ha habido ni tan siquiera el mínimo reconocimiento de responsabilidad por parte del Gobierno. En España, por el contrario, el Gobierno tras reaccionar ha convocado elecciones y mientras tanto, ha pedido y conseguido una colaboración de la oposición para algunas medidas esenciales. En Italia por el contrario el gobierno y la mayoría , tras carecer de visión estratégica sobre la política económica y haber mantenido tenazmente un optimismo iluminado, prefieren descargar la responsabilidad sobre los demás”. Si Zapatero tardó en despertar, qué decir de un Berlusconi en sus desvaríos.
Después de reiterar su resistencia personal a secundar en el extranjero “ las coloridas expresiones usadas por sus interlocutores para describir al Presidente Berlusconi, plantea las desagradables realidades: preocupación por una Italia sin crecimiento ni reformas, posible víctima de ataques de los mercados financieros; su peligro como factor desencadenante de una crisis en la eurozona, la responsabilidad del actual Gobierno italiano y la permanencia del Presidente del Consejo se ve como una circunstancia incompatible con una actividad de gobierno adecuada. Valoraciones formuladas- con particular contrariedad y malestar -por personalidades políticas europeas, incluidos algunos jefes de gobierno pertenecientes a la misma familia política ( el Partido Popular Europeo) del Presidente Berlusconi y su partido. Menos mal que el ex Presidente Aznar está alerta para defender a los amigos.
El despertar se ha precipitado. Tras la votación del descargo del presupuesto, Berlusconi ha tenido que enfrentarse, muy a su pesar, con la realidad. El Presidente de la República está gestionando la crisis con rigor y extrema delicadeza democrática. Ha nombrado a Monti senador vitalicio y todo indica que recibirá el encargo de formar Gobierno. Ardua tarea, pero no imposible.
Del análisis de Monti no cabe extraer para España fáciles consuelos ni peor aún, “schadenfreude”, la alegría del mal ajeno. Italia es el detonante que plantea la crisis a nivel europeo con toda su dimensión. Estamos viviendo en la misma casa aunque esté a medio construir y compartimos el destino, no solo la historia. Además, no hay que olvidar que Berlusconi, en un caso sin precedentes en la historia democrática europea une la condición de gestor privado de concesiones administrativas con la de político en activo. Al respecto, siempre compartí la opinión del gran economista Paolo Sylos Labini de que era inelegible.
El tema no es solo italiano, tiene importantes repercusiones en España, donde Berlusconi es un empresario importante en el arte de fabricar sueños. Además tiene cuentas pendientes con la justicia española por impago de impuestos y presuntos delitos de falsedad en documento público ante el Tribunal Supremo en suspenso por su inmunidad parlamentaria celosamente mantenida hasta el momento.
Salir de la crisis requiere solidaridad financiera y económica, valor y perseverancia y también respeto al derecho y las normas. Ese es el desafío que plantea Italia para que no se haga realidad el temor de Monti de transformar Italia “de Estado fundador de la Unión Europea en Estado enterrador de la Unión Europea”.